domingo, 28 de octubre de 2018

Garganta del Cares



La ruta del Cares o Garganta Divina, término este último acuñado por Don Diego Quiroga y Losada, es uno de los itinerarios más conocidos en el Parque Nacional de Picos de Europa y pasa por ser uno de los más transitados, con unos 200.000 visitantes anuales. El recorrido propiamente dicho del desfiladero tiene una longitud de 11 kilómetros, desde la localidad leonesa de Caín hasta la asturiana de Poncebos y nos permite así contemplar la profunda incisión excavada durante miles de años por el río Cares sobre la piedra caliza.

Hay que puntualizar que el trazado de la senda no ha sido obra de la actividad erosiva del río, sino de la mano del hombre, que aprovechando el  trazado del canal hidráulico de Caín a Camarmeña, propiedad de la compañía Electra de Viesgo construido para precipitar el agua sobre las turbinas de la central de Poncebos, construyó paralela una senda para el mantenimiento del canal.




El recorrido de 11 kilómetros, aproximadamente se completa a buen ritmo en tres horas y se aconseja iniciarlo en Caín y acabarlo en Poncebos. El trazado de la senda  no reviste dificultad alguna, pero hay que tener en cuenta el peligro de caídas desde gran altura, la precipitación de piedras sobre la senda, ya sea por el viento, las fuertes lluvias o golpeadas por los animales. 



Si bien el recorrido se puede realizar todo el año, se aconseja en verano, primero por las condiciones de luz y después por la existencia del servicio de transporte combinado, con salida desde la estación de autobuses de Cangas de Onís hasta la localidad de Caín y la posterior recogida en Poncebos con regreso nuevamente a Cangas de Onís.

La ruta no se puede recorrer en bicicleta porque está terminantemente prohibido, tampoco se pueden recolectar materiales, no se puede molestar a los animales domésticos y salvajes, abandonar desperdicios y menos aun bañarse en el canal, por el que discurre una corriente de agua a alta velocidad y el control de la misma que hasta su desembalsado es gestionada automáticamente según las necesidades de abastecimiento de la central de Poncebos.

La senda nos depara un paisaje jalonado de vegetación, predominantemente mediterránea, de encinares. A poco que prestemos algo de atención a lo observado contemplaremos un espacio de gran riqueza biológica con presencia de fauna muy importante para el Parque Nacional por su condición de protección, caso del lagarto ocelado, que nos sale al encuentro... 


29/8/2015 12:26.kmz

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