domingo, 28 de octubre de 2018

De ferrocarril minero a Paseo Valdeflora

De ferrocarril minero a Paseo Valdeflora

La ruta propuesta en la presente ocasión es un recorrido sin dificultad, abierto a todas las edades, más para caminar que para hacer en bicicleta, dadas las restricciones de la Pista Filandesa a vehículos no autorizados, si bien en sus últimos kilómetros, al enlazar con parte del Camino de Santiago y la GR 105 Ruta de la Vía de la Plata, se puede realizar también en bicicleta.

Iniciamos nuestro recorrido en la Avenida de los Monumentos tomando el conocido como paseo de Valdeflora, más reconocido por los carbayones como "Pista Filandesa" para recorrer por él la falda sureste del Monte Naranco, hasta la localidad de Poyana, trayecto en su mayoría llano porque aprovecha la caja de un antiguo ferrocarril minero, que conectaba los "criaderos" de mineral de hierro de Villapérez y del Naranco con el plano inclinado de San Pedro de los Arcos, que a su vez servía para trasladar el mineral hasta la estación del Norte.
El ferrocarril de Oviedo a Villaperez nace, a propuesta del industrial Numa Gilhou con el fin de abastecer de mineral de hierro a la Fábrica de Mieres y a la Real Fábrica de Armas de Trubia, aprovechando la inauguración del trayecto Oviedo a Pola de Lena de la Compañía Norte en 1874.
En 1878 se solicita al Ayuntamiento de Oviedo la construcción de la línea, paralela a la  la traída de aguas del municipio, desde la fuente de Fitoria, canalización de aguas aun visible, en parte de su trazado.
El 1 de febrero de 1880 quedaba inaugurado el ferrocarril minero, con una vía de 600 milímetros de ancho, con curvas de entre 50 y 70 metros de radio, rasantes suaves, no superiores a las 10 milésimas y un recorrido total de 7.101 metros,  con traviesas de un metro de ancho de roble y raíles de la propia Fábrica de Mieres unidos por escarpias, todo por un montante de 129.906 pesetas. 
La explotación ferroviaria contaba en su cabecera con depósito de agua, cochera, plano inclinado, con sistema basculante y una placa giratoria para el material de tracción, compuesto por locomotora una locomotora marca Couillet, modelo Decauville que remolcaba composiciones de hasta 12 vagones con cargas de hasta 32 toneladas. 
Locomotora Couillet modelo Decauville



 El trayecto, totalmente alquitranado, cuenta en su margenes con aparatos de gimnasia, bancos y lugares de descanso además de una serie de fuentes. Justo al principio del recorrido hay un circuito recién inaugurado para bicicleta de montaña. 





A lo largo del recorrido, nos acompaña la antigua canalización de aguas que iba desde la Fuente de Fitoria hasta el centro de Oviedo, aun hoy en algunos tramos aun se aprecia la canalización de ladrillo.



La Fuente de Fitoria, la contemplamos hoy en día al amparo de su aspecto del siglo XVIII, con la lápida conmemorativa con mención real y el dintel con el nombre del maestro de obra Don Francisco de Pruneda. Se potencia así el carácter real de su patrocinio, y a su vez se recrea el ornato público por encima de las necesidades funcionales. Se cuenta así con un reservorio de aguas a pie de manantial  protegiendo a las mismas de su degradación.


Una vez dejamos atrás la Fuente de Fitoria iniciamos un suave descenso por las inmediaciones del depósito de Cuyences,  camino de la localidad de Poyana, de ahí en escasos kilómetros cruzaremos el río Nora a la altura del Puente Viejo.




El Puente Viejo, tiene su traza primitiva en época romana, seguramente formando parte de la calzada romana que unía Lucus Asturum (Lugo de Llanera) con Asturica Augusta (Astorga) si bien el aspecto actual se debe más al desacierto rehabilitador de los últimos años.
Cruzado ya el puente llegaremos a la localidad de Lugones por el caserío cercano a la estación de Renfe donde disponemos de medios para regresar a Oviedo en bus o en tren.




CARTOGRAFÍA RUTA

FOTOS DE LA RUTA

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