domingo, 28 de octubre de 2018

Pico Espines, mirando a las Ubiñas.

Pico Espines, mirando a las Ubiñas.

Iniciamos la ruta a la altura de la estación de autobuses de Pola de Lena, cruzando la pasarela peatonal sobre la Autovía A66 conocida como Vía de la Plata y caminamos 20 metros hasta las inmediaciones del colegio de la Inmaculada, a sus pies, giramos a la derecha e iniciamos un fuerte ascenso por la carretera que nos lleva hasta la localidad de Valle, allí tomamos entre unas viviendas, a la altura de un lavadero, un camino  primero de hormigón y luego de tierra, que discurrirá en dirección Sur, paralelo a la autovía y próximo a la línea de alta tensión entre praderias hasta Columbiello. Allí, pasado un puente de hormigón, giramos a la izquierda para ascender por la carretera del polvorín de la Unión Española de Explosivos , instalaciones que dejaremos para tomar un camino de tierra, de pendiente exigente, que nos aproxima a las ruinas de lo que en su momento era el transformador del Grupo San Alejandro, también conocida como la mina la Gotera, en sus inmediaciones nos topamos con una bocamina,hoy clausurada por un tabique y de la que mana un pequeño manantial, más adelante observaremos dos ejemplos de minas de montaña, que contaban con una especie de teleférico o cable para extraer el carbón en altura, evitando así los posibles acuíferos interiores. Continuamos a partirde 750 metros los hitos indicativos del PR As76 camino la la campa de Espines, todo en un constante ascenso, con algún que otro llano donde descansar y observar unas impresionantes vistas del Gamoniteiro y de la Cobertoria. 

Ya en la campa Espines, unimos con la Vía romana la Carisa GR 100.1 que viene desde Busdongo y entra en Asturias por Pendilla. En este punto, nos desviamos a la altura de un mirador que orientado a las Ubiñas, nos indica el nombre de los picos que contemplamos en dirección Sur Suroeste. El ascenso al Pico Espines no es de excesiva dificultad y desde su cima se contemplan a nuestra izquierda los valle del Concejo de Lena y a nuestra derecha los valles del Concejo de Aller y en días soleados la vista alcanza hasta Oviedo y Gijón.

La ruta la proseguimos cresteando por el conocido como cordal de Carracedo, en suave descenso hasta el Pico Ranero, donde se asientan unas antenas junto con una pequeña caseta con paneles solares, desde allí contemplamos todo el Valle del Río Caudal, con Ujo en primer termino, con su estación de ferrocarril y su taller de tracción eléctrica o Mieres Mieres del Camino con sus lavaderos de carbón.

Abandonado el Pico Ranero, hay una campera en dirección Este, que resguardada del viento sirve de buen lugar para comer y tomar el Sol de la tarde. La vuelta la realizamos siguiendo los pasos de nuestros antepasados por la conocida como la Vía de la Carisa, en su momento paso obligado de las caballerías a Asturias. 


La Vía de la Carisa, es hoy, el trazado conservado de una antigua calzada romana, que fue mandada construir por el legado romano Publio Carisio a sus legionarios y que la ejecutaron en sólo dos años, con ayuda de guerreros de los pueblos sometidos y que sirvió, para asegurar, por siglos, la comunicación de la Asturias transmontana con Asturica Augusta (Astorga) Es la primera gran infraestructura conocida en Asturias que salva las terribles pendientes del Pajares. Un ejemplo de ingeniería de suaves desniveles para asegurar el paso de carros y caballerías.
Continuando por la Vía Carisa llegaremos hasta la localidad de Carabanzo, (antigua Carabantium=caravana) presidida por el palacio de los Faes, hoy en ruina, pero que conserva en la única torre conservada torres, el escudo de armas de la familia Faes.


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